jueves, 10 de mayo de 2012

The shining (El Resplandor)




Stanley Kubrick 1980

Hace unos días fui al reencuentro con esta bestialidad de los 80´s. No se que esperaba, no sabía si iba a poder mantener ese terror que me causó en un principio, ó desilusionarme.
Nicholson con hacha en mano se ha covertido en una figura a través de los tiempos, sin embargo, detrás de este recuerdo se desarma el diamante que nos regala Kubrik. (No cualquiera, y no cualquier diamante)
Con cinco años de pre, rodaje y post, llegamos a esta muy buena (aunque no para consagrarse) obra.
Ninguna otra película me ha generado tal clima de tensión, sin mencionar el tinte de suspense que se dá en los espacios de este  claustrofóbico Hotel.
Un gran uso para un gran angular. El surgimiento y buen uso de la steadycam, y quizás una de las películas con los mejores travellings que he visto.
Los grandes planos generales tomados desde helicópteros, y “Dies Irae“ (versión de Wendy Carlos) nos invitan a este misterioso e incompleto viaje, donde cualquiera puede perder la cabeza (y querer dar un par de piquetitos al de al lado).
No podemos dejar que se pase por alto este grandisimo detalle: La iluminación! Grande Kubrik! No supiste ser del todo claro, pero al fin y al cabo no usaste la opacidad para asustarnos. Que fácil es pegarnos un saltito en la oscuridad. Pero mierda, hay que saber como mantenernos a puño con todos los focos encendidos y este tipo lo hizo.
Por ultimo, no me parece que lo mas siniestro hayan sido ni esas gemelas, ni ninguna gesticulación de Nicholson.
Vi  este film incontables cantidades de veces, y aún así, tengo que admitir, que me sigo asustando, es una de las únicas películas que me ha dado terror únicamente con el sonido.
Todos recordamos el paseo de Danny en triciclo, la velocidad e intensidad del rolleo, los giros violentos en cada esquina, los silencios al pasar por la alfombra. Aplausos. relojes, gritos pelados, llanto (y quizás hasta alguna bomba que otra explotando por ahí). Quien dijo que se necesita un monstro para asustarte?
Me saco el sombrero.
Decorados engañosos y espejos que reflejan mas de lo que podemos ver.
El amigo “que vive en la boca” de un nene telépata, las inolvidables (y siniestras) mellizas, ese elevador que al abrirse nos baña en sangre, son sólo algunos de los elementos que clavaran a esta famosa tira en nuestras mentes.
l Overlook abre sus puertas, y nos invita a pasar por una temporada fría, sanguinaria. a puro suspenso y demencia.



Camila E. Mulet

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